Lauri

Testimonios: Gaia Lauri

Gaia Lauri (SP)

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El carisma salesiano testimoniado en las redes sociales

Gaia Lauri

Me han pedido contarles como vivo y testimonio el carisma salesiano en el patio de las redes sociales y les contaré mi experiencia en este ámbito. Pero primero quiero hacer una precisación que a muchos podrá parecer obvio, pero que entiendo es necesaria: el “patio” con la P mayúscula, tan querido por don Bosco, es ante todo el patio de las relaciones cara a cara, de la palabra susurrada al oído, del juego y de la confianza; no podría nunca pensar tener como único espacio de testimonio aquel de las redes sociales. El mundo de las redes sociales para mí no es una segunda vida, ni tampoco un espacio de demonizar, sino un lugar donde habitar y que me permite llevar mi testimonio un poco más allá respecto a mi oratorio o a mi ciudad. Claramente es siempre bueno poner mucha atención a los posibles riesgos de este patio digital: el mucho tiempo que se le dedica, la enorme cantidad de material inútil y a menudo arriesgado, los peligros que cada uno de nosotros (también en la vida cotidiana) se encuentra y debe combatir. Las redes sociales son para nosotros un instrumento para ser en algún modo más cercano a los jóvenes y para llevar nuestro testimonio, pero esto obviamente no debe tener la prioridad sobre la relación construida cara a cara y no debe bajar la guardia respecto a las trampas presentes.

¿Cómo se hace para ser más cercano a los jóvenes a través de las redes sociales? Dando a ella importancia, estando atentos a aquello que publicamos, leyendo aquello que escriben los muchachos a sus amigos, viendo las fotos que suben. En este sentido yo creo que, para los animadores y para quienes están al cuidado de los jóvenes, facebook es importante porque de una frase que ellos escriben, de un enlace que publican, de su modo de utilizarlo, puedo tomar aquel “pedazo” que me falta y que quizás en la realidad de todos los jóvenes el muchacho no me muestra, puedo comprender que aquel muchacho debe ser ayudado a vivir aquel aspecto en modo diverso, puedo sobretodo relanzar la relación que tengo con él fuera.

El año pasado trabajé para una cooperativa social en un proyecto sobre el protagonismo juvenil y visité diversas escuelas superiores de la provincia de Venecia: muchos muchachos, terminados los encuentros en las escuelas, me enviaban la invitación de amistad en facebook y yo misma también se la enviaba a ellos. Esto me ha permitido ver una muestra representativa de población juvenil muy diversa de aquella que yo encuentro en el oratorio y mis muchachos del grupo. En particular he tenido que lidiar con un grupo de chicos de Portogruaro que he continuado a seguir para este proyecto encontrándoles solo cada dos semanas por apenas dos horas. Facebook me ha hecho acoger algunos aspectos muy serios y preocupantes de la vida de estos muchachos, me ha hecho ver que esos muchachos estaban arriesgando mucho con su estilo de vida y sus entretenimientos: alcohol, fiestas, incluso problemas con la policía… Las fotos en que venían “etiquetados” me permitieron comprender aspectos de ellos que nunca habría podido entender viéndolos solo cada dos semanas: esto ha sido el inicio de un verdadero y propio trabajo de educación en torno a esta problemática.

Me ha sucedido diversas veces desde cuando hago animación con los muchachos de las escuelas superiores, de establecer la relación con algunos de ellos partiendo de ciertas cosas que habían publicado que puede ser el video de una canción, el enlace a una película. La frase de don Bosco “amen aquello que aman los jóvenes” viene como anillo al dedo en estos casos. Los muchachos están necesitados de la confirmación de parte de los grandes y de sus coetáneos: dar importancia a aquello que publican es responder, obviamente en parte, a esta necesidad. El objetivo es encontrar una pequeña llave que pueda abrir la relación. Después la relación debe ser construida personalmente, pero el elemento compartido en la web puede ser el punto de partida.

Yo principalmente utilizo facebook y twitter y con frecuencia pienso, ¿qué entiende de mí quien mira mi cuenta, lee mis páginas? O mejor, ¿realmente puede entenderme? ¿Captura una imagen auténtica y real? Este problema de la autenticidad es fundamental: me gusta pensar que una persona que ve mi perfil, tenga una idea clara de lo que soy, de las cosas por las que me empeño, de mis valores, de mi estilo de vida; esto no para presumir, sino para transmitir que viviendo estas cosas, viviendo los compromisos en el oratorio, eligiendo los estudios destinado a lo social, yo son feliz y estoy alegre. Si lo que nos distingue como cristianos y sobretodo como salesianos es la alegría auténtica y no la simple alegría del momento, entonces es bueno que venga transmitida también con estos instrumentos a través de cosas concretas. Creo firmemente que la web no es un espacio abstracto que demonizar, sino más bien que este puede ser un espacio de apostolado. La web es el lugar donde yo, si elijo el camino de la verdadera autenticidad y del testimonio, puedo hacer sentir mi voz y puedo, tal vez incluso con un poco de provocación inteligente, abrir el debate, pero, en mi opinión, siempre es mejor afrontar luego personalmente.

Ser capaz de llevar su testimonio de vida cristiana en el espacio de las redes sociales es un gran desafío: en este espacio, de hecho, la fe cristiana y la Iglesia están bajo ataque de enlaces, vídeos y pensamientos a menudo determinado por los falsos prejuicios que lamentablemente estamos inmersos. Desafortunadamente, dada la velocidad y el tiempo de intercambio de información, estos prejuicios están muy extendidos en el espacio digital de una manera espantosa. Sólo quiero ser capaz de poder decir que hay más, hay una manera diferente de ver las cosas, hay una plenitud que hay que encontrar. Por ejemplo: hace unos meses he publicado fotos de la boda de dos de mis queridos amigos del oratorio escribiendo que sus sonrisas eran la expresión de la felicidad dada por la fe con la que vivían su compromiso y su matrimonio. Su decisión de vivir de una manera cristiana su noviazgo suscitó en muchos los prejuicios habituales, y sin embargo, en el día de su matrimonio, todos reconocieron que su felicidad era data por vivir este sacramento y este tiempo confiando y dejándose acompañar por el Señor y la comunidad parroquial. En este sentido, yo diría que las redes sociales me ayudan a demostrar que la vida de fe y el servicio es una vida feliz y que me ayudan a provocar, de una manera positiva, a cuantos permanecen aferrados a las ideas que circulan en la sociedad hoy en día. Testimonio es también lograr superar el miedo de publicar cosas no políticamente correctas, contra corriente, consideradas demasiado explícito o demasiado cristiana.

¿Cómo concretamente testimonio mi pertenencia al carisma salesiano? Haciendo cosas que muchísimos ya hacen: publico artículos comprometedores, pongo canciones con letras que hacen pensar, escribo las frases de los libros que tratan de profundizar, me conecto y comparto el estado de quien da su vida por los jóvenes y los pobres, sugiero enlaces de las organizaciones que trabajan en las misiones, envío vídeos de diversas iniciativas del Movimiento Juvenil Salesiano de Triveto, publico los correos que nos envía un querido salesiano de Etiopía, expreso mi cercanía y apoyo al Papa. No puedo negar que a mí, de vez en cuando, llegan insultos contra las organizaciones de mi universidad o en contra de la clase política, a veces escribo situaciones banales de mi día o lo que me pasó a mí. Por eso digo que no tengo nada de diferente a muchos otros que utilizan las redes sociales como yo. Lo que creo que es importante es poder combinar un poco de seriedad con la alegría de fondo que debe caracterizar un animador salesiano cristiano.

Quién sabe, tal vez la foto de un retiro con el grupo en la escuela secundaria, y no de un artículo comprometedor, haga nacer en alguno el deseo de hacer preguntas que van más allá del sentido común. Pongo a disposición del Señor mi presencia en la web, para que por alguna pequeña semilla tirada, puede nacer en alguno la curiosidad de conocerle.